Autoridad sobre demonios y enfermedad
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Hablamos demasiado sobre los informes, demasiado sobre los síntomas, mucho sobre lo que
sentimos y lo que ha pasado, y las experiencias de otras gente. Nosotros vivimos demasiado
según nuestros sentidos y nuestros sentimientos, y no nos damos cuenta de que hay un mundo
espiritual.
Hay una energía diabólica en la enfermedad, ¿no es asi? Usted lo puede ver bajo el microscopio.
¿Qué lo hace crecer? ¿Qué lo hace desarrollarse? ¿Qué lo hace tratar de desarrollar y atacar la
vida de un ser humano? La vida de Dios no esta allí. Esto no puede ser. ¿Qué es esto? Esto es el
enemigo. No es algo para que nosotros nos hagamos supersticiosos y misteriosos sobre esto. Esto
es para nosotros levantarnos y hacernos firme en cuanto a ello, y decir, “¡No! ¡No en mi vida!
¡No! ¡No en mi cuerpo! ¡No en mi hijo! ¡No! ¡A mi se me a dado autoridad y poder sobre todos
los demonios y sobre toda la enfermedad!”
Esto es cómo Jesús actuó. Pon todos los ejemplos juntos, lee Mateo, Marcos, Lucas, y Juan, y
usted vera no sólo un par de veces, no sólo media docena de veces, pero una y otra vez, Él esta
expulsando a el diablo. Él esta revocando enfermedad y dolencias. Con la suegra de Pedro, hizo
la misma cosa con esa fiebre que hizo con ese demonio sólo unos versiculos anteriores. Tenía
una gran fiebre, y cuando le dijeron sobre ello, Entró allí, y Revoco la fiebre. (Lucas 4:38,39)
¿Esta no es la forma en la cual la mayor parte de cristianos piensan, verdad? “Ustedes oren por
mí.” ¿para qué? “Bueno, que Dios me sane si es Su voluntad.” ¿Pero y que paso con todas estas
escripturas? ¿Por qué no saltamos en ambos pies inmediatamente y decimos, “¡Fiebre, sal de
aquí! ¡Infección, sal de aquí! ¡Enfermedad, sal!” Por qué no pensamos así? Ah, el diablo espera
que no nos enteremos sobre esto. Él esta tratando de mantenernos en la oscuridad. Él ha
mantenido a millones en la oscuridad durante siglos, pero no, ¡es demasiado tarde! ¡Demasiado
tarde! Usted abrió su Biblia, y es demasiado tarde. Usted sabe las Buenas noticias. Usted sabe el
Evangelio. Usted sabe la verdad, y le hace libre.
Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra (Proverbios 29:2) no es nada extraño que tantas
personas están abajo, derrotadas, trastornados, y así confundidos. Es porque ellos no están en
autoridad. Ellos no creen que tienen ninguna. Creen que son indefensos, desdichados, víctimas
de esta vida, y lo mejor que ellos pueden hacer es suplicarle a Dios que Él haga que esto pare.
Yo no me estoy burlando, Yo estoy señalando el error. A nosotros nunca nos han ensenado que
somos reyes y sacerdotes. Nosotros nunca hemos aprendido que nos han dado autoridad en este
nombre. Cuando el Espíritu Santo entro en nosotros, fue para que nosotros tuvieramos el poder
para que podieramos mirar a la muerte, la enfermedad, la confusión y la esclavitud en la cara y
decir, “¡Párrate! ¡Dije Párate! ¡Y Párateahora!”Y eEspera que suceda, y lo vera pasar.
Nosotros vamos a ¡parar! Unas cuantas cosas. Nosotros no estamos esperando en Dios para
nuestra victoria. Jesús ya la ha comprado y ya ha pagado por ello. El nos a instruido sobre que
tenemos que hacer. Nosotros tenemos que levantarnos y hablar a esa montaña y ordenarle que se
salga del camino. Nosotros tenemos que levantarnos y resistir todas las cosa que roben y maten y
destruyan, y decir, “¡No aquí! ¡No aquí no! ¡fuera!”
Se dice que El hermano Smith Wigglesworth, en una ocasión, estaba de pie en una parada del
tren esperando al tren, y había una mujer allí quien tenía un pequeño perro que la había seguido
desde su apartamento. Ellos esperaban que el tren llegue allí, y ella le dijo al perro, “No, no,