El ministerio de Jesús
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Nosotros tenemos que vencer siglos de errores enseñados en la Iglesia. Pero, nosotros estamos
llegando allí. Quédese con ello. No sea arrogante o insistente, sólo no cambie de la Biblia.
Mateo 15:30 dice, “Y llegaron á él muchas gentes, que tenían consigo cojos, ciegos, mudos,
mancos, y otros muchos enfermos: y los echaron á los pies de Jesús, y los sanó:” No una parte de
ellos—El los sanó. “De manera que se maravillaban las gentes, viendo hablar los mudos, los
mancos sanos, andar los cojos, y ver los ciegos: y glorificaron al Dios de Israel.”
No son las enfermedades las que glorifican a Dios, son las sanaciones las que glorifica a Dios.
No es el pecado que glorifica a Dios, es la salvación que glorifica a Dios. No es la destrucción,
es la liberación. No es la pobreza, es la abundancia que glorifica a Dios.
Usted tiene que creer esto cuando usted no lo ve. Usted tiene que proclamarlo cuando todo
alrededor de usted le dice esto no es tal.
El hermano Kenneth E. Hagin dijo que Dios le enseñó sobre la prosperidad, y que era Su
voluntad para que él prosperara. Él no habia escuchado eso en predicas, pero lo consiguió del
Señor, de las Escrituras, del Espíritu. El dijo que estaba quebrado, y todos los meses entraba cada
vez mas en un agujero mas grande. Él debia varias notas, y todo lo que el era capaz de hacer
durante meses era pagar un poco de los interéses de ellos. El dijo que él iva a predicar y
predicaba que Dios quiere que nosotros prosperemos, pero después regresaba con dos monedas
en su bolsillo y tiene que caminar a su casa, porque su coche era una chatarra, él lo habia
vendido para chatarra. ¿Qué estaba el predicando? Que es la voluntad de Dios para que nosotros
properemos. Bueno, él no lo parecía. El Dijo que su familia no estaba correctamente alimentada,
sus hijos no tenían vestimentas adecuadas, y él no tenia el dinero para hacer lo que tenía que
hacer. El caminaba a las reuniones entonces predicaba que Dios nos quiere ricos.
Bueno, el lo logro, y Dios le bendijo. Usualmente cuando contaba esa historia, se reia y daba
puntapiés y decia, “Y lo hizo, también. El me hizo rico.” Y El lo hizo.
Pero, usted no espere verlo para comenzar a predicarlo. Usted lo cree y lo predica cuando esto
no parece que este pasando, y cuando no se siente de esa manera..
En la escuela de sanidad en la cual yo di clases, estaban algunos individuos quiénes vinieron y
trajeron un pequeño muchacho. Creo que tenia aproximadamente 5 o 6 años y había sido
dianosticado con cáncer terminal. Había hido a un par de las mejores clínicas en el mundo. Nada
contra ellos, pero sólo dijeron que ellos no le podían ayudar, que no habia nada que ellos podrían
hacer. Habia pasado a través de todas clases de tratamientos, y dijeron, “Bueno, sólo disfrute de
los últimos días que le quedan. No hay nada que se puede hacer, nada que la ciencia médica
puede hacer.”
Como último remedio, vinieron al ministerio del Hermano Hagin, porque sabían sobre su
testimonio que él habia sido sanado, y sobre la escuela de sanidad. Nosotros estábamos allí con
ellos, y se quedaron con nosotros semana tras semana. Ambos el hombre como la mujer eran
abogados. Ellos Dijeron que su hijo joven tenía crecimientos cancerosos en su cerebro, en su
cabeza, y por todas partes de su cuerpo.
